miércoles, 11 de diciembre de 2013

Anemia: causas y soluciones



En esta ocasión quería hablaros de la anemia, debido a que me han detectado una leve anemia ferropénica (falta de hierro) en unos análisis y me he estado documentando, ya que me preocupe un poco. Y pienso que si alguien se encuentra en un caso similar le podría ser útil, sobre todo a las mujeres en edad fértil (ya que somos más propensas) o por simple curiosidad.
La anemia se define como una baja concentración de hemoglobina (heteroproteína del grupo cromoprotéico, con presencia de metales, de color rojo y que transporta el oxigeno por el cuerpo) en sangre. Pudiéndose acompañar de una disminución de los glóbulos rojos o hematíes (formados en su mayor medida de hemoglobina) o del hematocrito (volumen total de glóbulos rojos dentro del total de sangre).


La anemia no es una enfermedad sino una señal de otros “problemas”, la más frecuente, y la que tengo yo, es la deficiencia de hierro, anemia ferropénica, ya que el “Fe²” es necesario para la formación de los hematíes.
En los países desarrollados una persona adulta, con una dieta de unas 2000 calorías consume alrededor de 10-12 mg de hierro al día, de las que el cuerpo absorbe 1-2 mg, cantidad muy similar a la que pierde (en condiciones “normales”), teniendo una reserva de entre 3,8 gr (hombres) y 2,3 gr (mujeres) en el cuerpo.

Causas
            Las causas más habituales para desarrollar una anemia por déficit de hierro son:

-          Nutricional: Aún que no es habitual en adultos es bastante frecuente en lactantes. Ya que en edades neonatales, infantiles, adolescentes y en el embarazo aumenta la necesidad diaria de hierro, siendo las anemias más frecuentes. En cualquier caso, y sin estar en uno de esos casos, la anemia en adultos no suele darse por baja ingesta de hierro o por su deficiencia en la absorción, a no ser que se haya pasado por el quirófano (gastrectomía).

-          Disminución de la absorción: esta es debida a diferentes enfermedades como: gastritis atrófica, enfermedades celíacas, o casos concretos como la geofagia (ingesta de tierra o arcilla).

-          Pérdidas de sangre: En varones adultos y mujeres no fértiles lo más habitual es la pérdida por vía gastrointestinal (ulceras, hernias, esofagitis…), así como parásitos intestinales y otras enfermedades del tubo digestivo (hemorroides, problemas de colon, pólipos…)
Pero el caso más habitual son las perdidas ginecológicas que afectan a mujeres en edad fértil (entre 13 y 45 años), con una perdida mensual de alrededor de 40 a 50 ml de sangre. Perdida que los hombres no tienen y a la que se suma la propia regeneración de la sangre, creando un gran desgaste de hierro para este sector de la población.

Síntomas

      Los síntomas más frecuentes son:
-          Fatigabilidad
-          Astenia (fatiga física y psíquica)
-          Mareos
-          Cefalea
-          Sensación de falta de oxigeno al respirar
-          Irritabilidad
-          E incluso, pica

Prevenir y tratar
Primero decir que si se sospecha que se sufre una anemia, del tipo que sea, acudir al médico, con los análisis correspondientes él te ofrecerá el mejor tratamiento (en mi caso unas pastillas de hierro para crearme una reserva).
Además de intentar llevar una dieta más rica en hierro hemínico o hemo (de mejor absorción y presente en alimentos de origen animal) y en menor cantidad hierro no hemo (de mayor dificultad de absorción y presente en alimentos de origen animal y vegetal (único hierro que contienen)). La absorción del hierro hemo es de hasta 3-4 veces mejor que el no hemo, por lo que es mucho más efectivo en estos casos.

-          Hierro hemo:  
o   Carne (hígado de ternera: 18 mg de hierro, Carne de ternera: 7 mg., Foie gras: 6 mg., jamón: 5 mg).
o   Pescado y marisco (almejas y berberechos: 14 mg, mejillones 5 mg., gambas: 3 mg., atún en aceite: 1,2 mg.)
o   Huevos (yema: 7 mg., clara: 0,2 mg.)
o   Lacteos (queso de cabra: 1 mg., leche: 0,1 mg.)

-          Hierro no hemo:
o   Granos (lentejas y alubias: 8 mg., garbanzos: 7 mg., pipas: 7 mg.)
o   Frutas y verduras (acelgas y espinacas: 3 mg.)
*contenido en hierro expresado en miligramos por 100 gramos de alimento.

            Para hacer más efectiva la ingesta de estos alimentos ricos en hierro (sobre todo en el caso de los no hemo) se puede mejorar la absorción del hierro mediante la ingesta, durante o justo después, de alimentos ricos en vitamina C como frutas y verduras (naranja, mandarina, kiwi, pomelo, fresa, tomate, pimiento y el perejil), así como la misma proteína de la carne.

            Igualmente existen alimentos que reducen o limitan la absorción del hierro como los taninos (té, café o vino), los antiácidos o el uso prolongado de las aspirinas, los alimentos ricos en calcio, fitatos (cereales integrales) y ácido acético (vinagre).

Trucos


-          Aliñar los platos ricos en hierro (carnes y pescados o mariscos) con perejil o limón, ricos en vitamina C.
-          Tomar de postre frutas cítricas o zumos recién exprimidos.
-          Reducir la ingesta de café, té, vino y vinagre.
-          Separar el aporte de lácteos de las comidas ricas en hierro, lo ideal son unas 2 horas de diferencia.

¿Sabeis algun truco o alimento más que sea útil para aumentar el consumo y absorción del hierro en la dieta?


2 comentarios:

  1. ¡Muy completo! Gracias :D

    Sólo un apunte, no es necesario padecer de celiaquía para que el gluten impida una correcta absorción del hierro. También existe la llamada ”sensibilidad al gluten no celíaca” que afecta a una mayor cantidad de población (lo típico es sentir un poco de ardor al comer almidones con gluten). Se cree que hay un 1% de población celíaca, aproximadamente, mientras que de sensibilidad hay un mínimo de 6-8% (según el autor) hasta incluso el 30% si prestamos atención a los anticuerpos en muestras de heces (y un 11% en la sangre), aunque probablemente la cosa es que haya hasta distintos niveles de sensibilidad.
    http://es.wikipedia.org/wiki/Sensibilidad_al_gluten

    Y a cuidarse! :D

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    1. Hola Demóstenes.
      Muchas gracias por tu aportación, la verdad es que para mí el tema gluten es territorio desconocido, sabía que había distintos grados de sensibilidad o intolerancia pero poco más, más o menos como con la intolerancia a la lactosa.
      ¡Saludos!

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